El establecimiento Montaña Mendiola se encuentra en la ruta de peregrinación del Camino de Santiago y ofrece alojamiento rural en Valcarlos, localidad situada en la frontera entre Francia y España. También cuenta con conexión Wi-Fi gratis y vistas impresionantes a las montañas.
Los apartamentos del Montaña Mendiola presentan una decoración rústica y disponen de calefacción, suelo de madera, zona de estar, TV vía satélite y zona de cocina. Además, hay una consola Nintendo Wii disponible bajo petición.
El establecimiento ofrece un servicio a los peregrinos del Camino de Santiago que consiste en trasladar el equipaje a la siguiente parada. Este servicio comporta un suplemento.
Las montañas de Arneguy proporcionan el entorno perfecto para practicar senderismo y ciclismo. También se puede pescar en el cercano río Luzaide. Los Apartamentos De Montaña Mendiola están a unos 30 minutos en coche de la hermosa selva de Irati y a 90 minutos en coche de las pistas de esquí del valle del Roncal.
Información sobre el anfitrión
HISTORIA DE LA CASA El 20 de Octubre de 1881, a eso de la media tarde, el Marqués de la Rosa-seca, que desde Flandes venía en peregrinación a Santiago de Compostela, entró en el poblado de Valcarlos, extrañado por el buen firme del camino que las últimas cuatro leguas tenía. Tuvo que parar para cambiar los caballos y descansar, ya que estaba previsto, que en el Hotel Ferran, terminase la etapa de aquél día. En dicho lugar se encontró con las autoridades provinciales y locales que celebraban la inauguración de la carretera que unía Navarra con Francia por la Villa de Valcarlos. El menú fue pantagruélico, tal es así, que se compuso de Tapioca, Salmon a la Chapitela, Costillas de Burguete, Bocados de Ibañeta, Liebre Valcarlina, Perdiz de Gorosgaray, Bisaltos de Gaindola, Espinacas de Pertole, Pavos rellenos de Gañecoleta, Gigot de Roncesvalles, Plumpudding Navarro, Postre Español, Vinos Franco-Españoles. Al día siguiente no se reanudó la etapa al estar el señor Marqués un poco indispuesto, y por eso, se dedicó a pasear por el lugar, y como más tarde dijera, se empapó de las maravillosas vistas que se le ofrecieron. Pero, no solo por su paseo le fue muy provechoso el día, sino