El Mi Casa de Moratalla se encuentra en Moratalla, en la región de Murcia, y ofrece balcón y vistas a la ciudad. Este alojamiento con aire acondicionado está a 43 km de Ayna.
La casa cuenta con 4 dormitorios, TV de pantalla plana, cocina equipada con nevera y horno, lavadora y 1 baño con ducha.
La casa dispone de baño de aguas termales. El establecimiento cuenta con barbacoa y terraza. En las inmediaciones se puede practicar senderismo y ciclismo.
Caravaca de la Cruz se encuentra a 10 km del Mi Casa de Moratalla, mientras que Nerpio está a 36 km. El aeropuerto más cercano es el de Los Llanos, ubicado a 84 km del alojamiento.
SINGULAR CASA DE PUEBLO EN EL CASCO ANTIGUO DE MORATALLA. SE ENCUENTRA EN UNA ZONA EXCEPCIONAL DENTRO DEL ENTRAMADO DE CALLES ESTRECHAS QUE LO COMPONEN, PERO A LA VEZ MUY CERCA DE SERVICIOS PÚBLICOS Y ZONAS DE ENTRETENIMIENTO. CUENTA CON EL ENCANTO DE LAS CASAS TÍPICAS MORATALLERAS Y ESTÁ DECORADA CON ESTILO RÚSTICO. LA OCUPACIÓN MÁXIMA ES DE 8 PERSONAS. PENSADO SOLO PARA FAMILIAS.
Hola. Mi nombre es Ángel Belmonte y junto con mi esposa Isabel queremos compartir contigo la experiencia de vivir unos días en Moratalla. Nosotros hemos pasado aquí, en esta casa, momentos inolvidables, desde que en junio de 2006 la compramos practicamente abandonada y maltrecha y decidimos emprender, junto con David y Teresa, la titánica labor de restaurarla, pero eso sí, respetando todos esos elementos que la dotaban de su especial singularidad. Tenemos constancia que la casa es del siglo XIX y que es una segregación de otra de mayores dimensiones. Cuenta con la distribución tipica de la autentica casa moratallera: estancias a distinto nivel, diversas plantas, salidas a callejones estrechos, y está situada en el casco historico. Hemos dedicado mucho tiempo, esfuerzo, ilusión y ganas en que luzca tal y como la vais a encontrar, rústica, austera, a la par que coqueta y acogedora y muy fusionada con el entorno. Para nosotros ha sido nuestro segundo hogar y el lugar al que hemos acudido, siempre que las circunstancias lo han permitido, a disfrutar de sus encierros taurinos, de su Semana Santa, de la nieve, de los abrigos de pinturas rupestres, río Alhárabe y pozas de Somogil.
