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Villa Marina, Sol y Sal, que se encuentra en Las Palmas de Gran Canaria, ofrece alojamiento con piscina privada, vistas al mar y balcón. Dispone de piscina al aire libre, terraza, vistas a la ciudad y wifi gratis en todo el alojamiento. Esta villa con aire acondicionado consta de 2 dormitorios, una sala de estar, una cocina totalmente equipada con nevera y cafetera, y 1 baño con ducha y artículos de aseo gratuitos. Hay toallas y ropa de cama en la villa. Playa del Muelle de San Cristóbal está a 4 min a pie del alojamiento, y Playa de La Laja está a 1,9 km. El aeropuerto más cercano (Aeropuerto de Gran Canaria) está a 20 km del alojamiento.
Información sobre el anfitrión
Una de las casa más antiguas del barrio de San Cristóbal, completamente restaurada y traída a nuestro tiempo por el arquitecto José Luis López Sarrió. La casa cuenta con todos los adelantos para disfrutar de una estancia cómoda y sin complicaciones. Una cocina completamente equipada. Un salón con un cómodo sillón cama. Dos dormitorios con cómodas camas y roperos amplios. Todo coronado con una gran terraza con una piscina poco profunda (60cm), ideal para relajarse mirando a la costa o para jugar con los niños, barbacoa y excelentes vistas al mar. La casa cuenta conexión Wifi de banda ancha y servicios como Netflix, HBO, etc…
Si a un vecino de Las Palmas de Gran Canaria lo llevan con los ojos cerrados al barrio marinero de San Cristóbal, al poco adivinará dónde está. Por el olor a pescadito fresco, aspecto característico del lugar, que se mezcla con el sonido hueco de los callaos al chocar unos con otros arrastrados por la marea. A esto lo acompaña un genial oferta gastronómica donde es muy fácil disfrutar de la gastronomía local y del mejor pescado fresco de la isla. Aunque da igual si el visitante es un viajero o lugareño. Este pequeño rincón puede dejar un recuerdo especial, a pesar de las pegas que pone la costumbre, que impide apreciar percepciones que nos hacen saborear lo auténtico. Pero si lleva sus 5 sentidos alerta, reparará seguro en La Fortaleza de San Pedro, en la orilla del mar. Sobre una formación rocosa que hace de base natural. La fortaleza adorna la costa, el horizonte o ambos a la vez, dependiendo desde dónde se observe.