Parador de Santiago - Hostal Reis Catolicos

Pros: La excelente atención de su personal, la calidad Gastronómica y por sobre todo La Paz que invade todas su instalaciones.

Pros: Magnifico, el desayuno muy variado y completo

Contras: Nada

Pros: El parador es una maravilla, el servicio,la ubicación, es un lujo poder dormir y pasear por un lugar con historia y tan cuidado y bonito.

Pros: Todo. El desayuno espectacular.

Contras: Es un lujo de lugar, cargado de historia. El personal maravilloso. Antes de morir hay que dormir alguna noche en este lugar

Pros: El desayuno espectacular y la amabilidad del personal

Contras: No está bien insonorizado la habitaciónes pues se oye el exterior y la habitación de al lado

Pros: La ubicación, la historia, las instalaciones,muy agradable estancia.

Contras: La cama muy pequeña.

Pros: Ubicación inmejorable. Desayuno fantástico. Es una gozada salir del Parador y ver a la gente admirando y haciendo fotos ala fachada donde te hospedas, te da una sensación de "subida" muy curiosa.

Contras: El clima, han sido unos días horribles de viento y lluvia.

Pros: El sitio. Es especial y los que trabajan alli lo saben y lo saben transmitir. A mi me atendieron muy bien. Ademas el tono con el que te hablan los gallegos es por si cariñoso y calido, mejor dicho, los gallegos son cariñosos y calidos y por eso hablan asi. Hay que hacer la visita al hotel que te recomiendan al entrar. Buen folleto explicativo y buem mapa de Santiago. Tambien en las habitaciones encuentras toda y mas informacion no solo del hotel y de Santiago, sino de la red de paradores. He estado en casi todos y este es el mejor. Claro que el dia fue perfecto y la visita al pórtico de la Gloria te hace elevar el animo.

Contras: Que mi estancia fue corta. Ya conocia el hotel, encontré lo que esperaba. Lastima que el parking sea pequeño y con el hotel lleno lo mas probable es que no tengas sitio, pero muy cerquita tienes un aparcamiento que ademas es barato.

Contras: Un botones llamado Rafael se hizo descaradamente el despistado para no llevarme las maletas al coche. Anécdota sin importancia ya que no padezco ningún impedimento para llevarlas yo mismo, pero por hacerlo constar.